Supongo que el haber visto ayer la película "Serendipity" me ha hecho recordar ciertas cosas sobre las señales, aquellas de que hablaba Coelho en su novela "El alquimista".
Señales. Estamos rodeados de señales. Nos indican, nos marcan, nos orientan, nos guían, y no las vemos, no las seguimos, o no las queremos seguir. Están ahí. Igual que un agricultor es capaz de ver en el cielo una tormenta inminente (y estad seguros de que acierta) cuando nosotros sólo vemos un día despejado, hay en nuestra vida miles, millones de señales que continuamente nos están diciendo cosas, y nuestra falta de habilidad para interpretarlas hace que no nos demos ni cuenta.
Y lo que es aún peor: cuando tenemos una mínima sensación de que algo que vemos, o que nos sucede puede ser una "señal", decimos ¡bah! y la ignoramos.
Cuando decimos de alguien que tiene intuición o un sexto sentido, seguramente estamos hablando de alguien con una capacidad innata para captar ciertas señales. Hagamos un pequeño esfuerzo para aprender a ver esas señales. En el fondo, se trata de observar y sentir.
No olvidemos que esas señales nos pueden llevar hacia nuestra "leyenda personal".
