La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será.
28 mayo 2012
¿Para qué sirve la utopía?
La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos y ella se aleja dos pasos, doy diez pasos y el horizonte se va diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía?
Para eso sirve, para caminar.
(Eduardo Galeano)
27 mayo 2012
Despeinado
Cuando llevo el pelo largo me dicen que voy siempre despeinado (también, a veces, con el pelo corto, jeje), y es que hay que dejar que la vida te despeine, porque lo realmente bueno de esta vida, despeina…
Hacer el amor, despeina.
Reírte a carcajadas, despeina.
Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
Quitarte la ropa, despeina.
Besar apasionadamente, despeina.
Jugar como un niño, despeina.
Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
Sentir el viento en tu cara, despeina..
Así que, como siempre, yo seguiré con el cabello despeinado…
Y recuerda: siempre va a estar más despeinado el que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que quien elija no subirse.
Deja que la vida te despeine!!!
Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.
(Basado en un texto que circula por ahí)
26 mayo 2012
Eres
Lo que más te define no es lo que dices, ni siquiera lo que piensas o lo que crees.
Lo que más te define es lo que decides y, sobre todo, te define lo que haces.
Lo que más te define es lo que decides y, sobre todo, te define lo que haces.
Obligar a la realidad
Tenemos que obligar a la realidad a que responda a nuestros sueños.
(Julio Cortázar)
(Julio Cortázar)
25 mayo 2012
Error
Al analizar los mecanismos de nuestra propia mente y , sobre todo, del inconsciente, descubrimos que venimos tan desprovistos de todo a este mundo que el precio que pagamos por la libertad de no estar predeterminados es el error, la posibilidad de hacernos infelices.
(Eduardo Punset)
¿Amigos?
No voy a decir nada sobre este capítulo apócrifo del principito. Habla por sí mismo.
El Principito y el nativo digital.
El octavo planeta estaba habitado por un nativo digital. Tenía un smartphone en la mano y no cesaba de tocarlo con los dedos.
-¡Buenos días! -dijo el principito.
-¡Buenos días! -respondió cortesmente el nativo, pero no alzó la mirada de su aparato. Las yemas de sus dedos no cesaban de posarse sobre la pantalla.
-¿Qué haces? -preguntó el principito.
-Converso con mis amigos- contestó el nativo sin alzar la mirada.
-Pero estás solo. ¿Dónde están tus amigos?
-Por ahí.. Por allá…- contestó el nativo.
-¿Vamos a mirar un atardecer?
-No puedo- contestó el nativo. -Estoy conversando con mis amigos.
-Pero estás solo.
-No. algunas veces nos vemos en persona. Pero la mayor parte del tiempo nos comunicamos por aquí. Es mucho mejor, no tengo que ir a ningún lado y ellos tampoco.
-¿Y de qué sirve tener amigos si casi nunca los ves?
-Me ahorra tiempo.
- ¿Tiempo para qué?- preguntó el principito.
-Para conversar con mis amigos.
“Tal vez no vale la pena tener así amigos- pensó el principito- si uno siempre va a estar solo”.
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