Sí, lo reconozco, soy fan (aunque no seguidor asíduo). Un gran fan, pero no de la serie en sí -la cual, todo sea dicho, está bastante bien- sino de la voz en off.
Al final de cada capítulo -o a lo largo de él- la voz de Meredith nos muestra sus conclusiones, esas reflexiones sobre las vivencias de cada día, en las que nos habla de luchas interiores, de historias personales en las que se entremezclan los miedos, el amor, la vida y la muerte. Y el hilo de esos pensamientos es capaz de removernos en el asiento, de agarrarnos por dentro y sacudirnos un poco para que vayamos despertando de nuestro letargo.
No está mal, para tratarse de televisión, ¡eh!