Ya es hora de dejar de quejarse. Es hora de empezar a moverse.
Primero es la indignación, detrás viene la acción.
Nos han impuesto su sistema, sus reglas, su modelo de sociedad, su modelo de economía y consumo, sus modas, sus maneras de vivir, sus principios, sus creencias... Aquellos que piensan por si mismos pasan a ser considerados sospechosos y etiquetados como raros.
La pasividad se ha instalado en esta sociedad desde hace mucho tiempo y hasta ahora sólo aparecía un hilo de discrepancia y de negación a la sumisión desde determinadas personas, determinados foros, grupos o movimientos minoritarios. La libertad implica responsabilidad y eso a la mayoría les produce miedo.
Y aunque muchos se negaban a ver la cruda realidad e incluso les molestaba que alguien se la mostrase, parece que poco a poco la gente ha ido quitándose la venda de los ojos y despertando de sus 'mundos de hadas'.
Se hace necesario informarse convenientemente (aunque ésto parece que a la gente le da mucha pereza). Basta de creerse los dogmas y de tragarse todo lo que, con su manipulación, nos quieren hacer creer a la fuerza, basta de cerrar los ojos y de negar lo obvio.
La verdad se impone. Es hora de actuar, de participar, de tomar la iniciativa, de asociarse, de unirnos en esta transformación que ya se ha vuelto absolutamente necesaria.
No se trata de esperar a que los demás se muevan, hay que moverse por uno mismo y arrimar el hombro.
Cambia tu modo de pensar, cambia tu estilo de vivir, cambia tu manera de sentir, cambia tu forma de consumir.
Tratarán de reprimirte o de comprarte con sus métodos, pero no te preocupes, esa es la prueba de que tienen miedo a perder el poder que detentan.
No se trata solo de la revolución en la calle. Hay que crear tejido social, participar en acciones solidarias, crear iniciativas emprendedoras, actuar con creatividad. Hay que pasar de las ideas a los hechos, hay que ser artífices del cambio.
Visto lo visto, dada la situacion actual, hay que darle la vuelta a todo ¡YA!