Gracias a personas que tienen la habilidad de hacer que nos descubramos a nosotros mismos cuando charlamos con ellas, podemos acabar entendiendo cosas como éstas:
Dicen que los hombres sentimos menos que las mujeres, y no es cierto. No es que los hombres no tengamos emociones o no las sepamos transmitir, lo que sucede es que adquirimos poco a poco una especie de discapacidad para interpretar lo que sentimos. Por ejemplo, cuando a un hombre le preguntas cómo se siente y te responde que está "raro", es simplemente que no sabe decodificar sus emociones, y no puede comprender que lo que siente realmente es una mezcla de rabia, tristeza y decepción.
Creo que el "sufrimiento emocional" no existe como tal por sí solo, y que si realizamos un ejercicio de introspección nos acabamos dando cuenta de que en realidad se manifiesta como un sufrimiento físico, de que cuando estamos emocionalmente alterados lo que acabamos percibiendo son unas sensaciones de opresión, tensión y dolor que nos afectan a diferentes zonas del cuerpo y con diferentes matices e intensidad. Comprender estas sensaciones nos puede ayudar a conocernos a nosotros mismos y a interpretar nuestros estados de ánimo.
Poco a poco, cuando aprendemos a reconocer estas sensaciones vamos descubriendo, por ejemplo, que la rabia se diluye poco a poco, pero que la tristeza y la decepción acaban dejando poso.
Dicen que los hombres sentimos menos que las mujeres, y no es cierto. No es que los hombres no tengamos emociones o no las sepamos transmitir, lo que sucede es que adquirimos poco a poco una especie de discapacidad para interpretar lo que sentimos. Por ejemplo, cuando a un hombre le preguntas cómo se siente y te responde que está "raro", es simplemente que no sabe decodificar sus emociones, y no puede comprender que lo que siente realmente es una mezcla de rabia, tristeza y decepción.
Creo que el "sufrimiento emocional" no existe como tal por sí solo, y que si realizamos un ejercicio de introspección nos acabamos dando cuenta de que en realidad se manifiesta como un sufrimiento físico, de que cuando estamos emocionalmente alterados lo que acabamos percibiendo son unas sensaciones de opresión, tensión y dolor que nos afectan a diferentes zonas del cuerpo y con diferentes matices e intensidad. Comprender estas sensaciones nos puede ayudar a conocernos a nosotros mismos y a interpretar nuestros estados de ánimo.
Poco a poco, cuando aprendemos a reconocer estas sensaciones vamos descubriendo, por ejemplo, que la rabia se diluye poco a poco, pero que la tristeza y la decepción acaban dejando poso.