He visto amanecer desde el tren. Tras el skyline se dibujaba un cielo rojizo e intenso; brillante y luminoso como pocas veces he visto. Ese instante de extraña y fugaz belleza es difícil de ser capturado sólamente con la mirada. La memoria tiene de qué apoderarse, las emociones viscerales tienen mucho más que decir.
07 octubre 2014
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